martes, 20 de noviembre de 2012

Mitos Sobre los Resfriados...

Hace un tiempo leí un artículo en la revista Muy Interesante que de verdad me pareció realmente interesante, debido a que a todos alguna vez nos han dicho "no salgas sin un abrigo, por que está lloviendo" o "no te mojes el cabello, con esta lluvia te vas a resfriar", pero será verdad todo esto ?
El uso indiscriminado de antibióticos tampoco es la solución (Center for Desease Control Asociation)

Salir a la calle con el pelo mojado no aumenta el riesgo de constiparse. Ni siquiera olvidarse la chaqueta en casa en pleno invierno te hace más vulnerable a pillar un catarro. Para resfriarse solo se debe cumplir un requisito: exponerse al virus que lo causa. Y aunque no está de más llevar un gorro en los días más fríos del invierno, también se equivocan los que aseguran que por la cabeza perdemos más calor que por el resto de zonas corporales.


Lo que sí es cierto es que, una vez resfriados, ingerir un caldo de pollo y verduras nos sienta bien, tal y como comprobaron investigadores del Centro Médico de la Universidad de Nebraska. Según sus estudios,esta sopa reduce la inflamación que hay detrás de algunos síntomas del resfriado como la congestión nasal.

En cuanto a la gripe, sí es cierto que el frío hace que sea más contagiosa. El virólogo Peter Palese, de la Escuela de Medicina de la Universidad Monte Sinaí (Nueva York), ha comprobado que las temperaturas bajas y el descenso de la humedad ambiental fortalecen a este virus. Concretamente, los mayores índices de contagio se producen a una temperatura de 5ºC. Y cuando el mercurio asciende por encima de 30ºC, la transmisión del virus de la gripe es inexistente.







Fuente:
http://www.muyinteresante.es/mitos-sobre-el-invierno-y-los-resfriados





lunes, 19 de noviembre de 2012

Medipedia

El término médico de interés para hoy es...

Nistagmo

Término utilizado para  describir movimientos rápidos e involuntarios de los ojos que pueden ser:
  • De un lado a otro (nistagmo horizontal)
  • Arriba y abajo (nistagmo vertical)
  • Rotatorio (nistagmo rotatorio o de torsión)
Los movimientos oculares involuntarios del nistagmo son causados por anomalías de funcionamiento en las áreas del cerebro que controlan los movimientos de los ojos. La parte del oído interno que percibe el movimiento y la posición (el laberinto) ayuda a controlar los movimientos oculares.

Fuente: Bradley: Neurology in Clinical Practice. 5th ed.


Hay dos formas de nistagmo:

  • Síndrome de nistagmo infantil (SNI) que está presente al nacer.
  • Nistagmo adquirido que se presenta posteriormente en la vida debido a una enfermedad o lesión.
Causas:

NISTAGMO QUE ESTÁ PRESENTE AL NACER (síndrome de nistagmo infantil o SNI).

El síndrome de nistagmo infantil generalmente es leve, no se vuelve más grave y no está relacionado con ningún otro trastorno.

Las personas con esta afección no son conscientes de los movimientos del ojo, pero otras pueden verlos. Si estos movimientos son pronunciados, la agudeza visual (agudeza de la visión) puede estar por debajo de 20/20. La cirugía puede mejorar la visión.

El nistagmo puede ser causado por enfermedades congénitas del ojo. Aunque esto es infrecuente, un oftalmólogo debe evaluar a cualquier niño que padezca nistagmo para verificar la presencia de la enfermedad ocular.

NISTAGMO ADQUIRIDO

La causa más común de nistagmo adquirido son ciertos fármacos o medicamentos. La fenitoína (Dilantin), un medicamento anticonvulsivo, el exceso de alcohol o cualquier sedante puede alterar el funcionamiento del laberinto.

Otras causas abarcan:
  • Traumatismo craneal a raíz de accidentes automovilísticos.
  • Trastornos del oído interno como laberintitis o la enfermedad de Meniere.
  • Accidente cerebrovascular.
  • Deficiencia de tiamina o vitamina B12.
  • Cualquier enfermedad cerebral, como esclerosis múltiple o tumores cerebrales, puede causar nistagmo si se presenta daño a las áreas que controlan el movimiento de los ojos.


Fuente:
http://www.umm.edu/esp_ency/article/003037.htm#ixzz2CivWoNGx



Enfermedad poco común del día...

En esta ocasión les quiero hablar sobre las enfermedades raras, espero que este segmento sea de su agrado, Aprendamos juntos y continuaré enviando posts sobre este interesante tema.

La Unión Europea define a las "Enfermedades Raras" como aquellas enfermedades con peligro de muerte o de invalidez crónica que tienen una prevalencia menor de 5 casos por cada 10.000 habitantes.

Ciertas enfermedades con más del 5/10.000 de individuos afectados se incluyen también entre las enfermedades raras, dado que las subpoblaciones de esta condición pueden ser menores que la prevalencia estándar. 

La enfermedad rara de la cuál les quiero hablar el día de hoy es...
"Enfermedad de Pelizaeus-Merzbacher"
La enfermedad de Pelizaeus Merzbacher es una enfermedad hereditaria rara del sistema nervioso central que se caracteriza por pérdida progresiva de la grasa de la vaina de mielina que cubre las fibras nerviosas del cerebro, y las glándulas adrenales. Junto a otras enfermedades es clasificada como leucodistrofia.

La hipomielización ligada a X leucodistrofia de la enfermedad Pelizaeus-Merzbacher (PMD) se caracteriza por nistagmo, deterioro de desarrollo motor, ataxia, movimientos coreoatetósicos, disartria, y espasticidad progresiva. La enfermedad está causada por mutaciones en el gen de la PLP1, que codifica la proteína proteolipídica 1. PLP1 es el componente principal de la mielina en el SNC y se expresa también en la mielina del sistema nervioso periférico (para más información, ver Koeppen y Robitaille [2002] y Hudson [2003]). Los pacientes con el fenotipo de PMD, pero sin mutaciones o duplicaciones del gen de la PLP1 se considera que tienen enfermedad de Pelizaeus-Merzbacher - like o similar (PMLD). Ningun locus del gen ha sido descrito para esta entidad patológica.

Figura 1. Resonancia magnética del cerebro a nivel de los ganglios basales. Un paciente, con PMLD a los 6 años de edad. B, Paciente con PMD a los 7 años de edad. Los pacientes en los paneles A y B muestran patrones de hipomielinización casi idénticas de materia blanca central, como se indica por la intensidad de la señal difusa mejorada. C, la señal baja de mielinización normal en un niño normal. (Fuente: AJHG Volume 75, Issue 2, August 2004, Pages 251–260)
Sintomatología

Los primeros síntomas de la enfermedad de Pelizaeus Merzbacher son nistagmos (espasmos de los músculos del ojo que produce movimientos oculares involuntarios) y movimientos de cabeza, progresando a parálisis, espasticidad, ataxia, demencia, convulsiones y atrofia del nervio óptico.
En general se hereda como un rasgo recesivo ligado al sexo que afecta a varones; sin embargo, en mujeres se han descrito algunos casos de herencia dominante.

Diagnóstico

El diagnóstico diferencial debe hacerse con otras enfermedades desmielinizantes, o con enfermedades metabólico degenerativas como las enfermedades de Leigh, Leber y Zellweger, el síndrome de Sjögren-Larson, la esclerosis múltiple, la distrofia muscular congénita, la condrodisplasia punctata rizomiélica y las encefalitis adquiridas.

Tratamiento
No hay cura para el PMD, ni hay un curso estándar de tratamiento. El tratamiento, que es sintomático y de apoyo, puede incluir medicamentos para las convulsiones y espasticidad. Evaluaciones periódicas de medicina física y rehabilitación, ortopédicos, de desarrollo y especialistas neurológicos deben hacerse para asegurar un tratamiento óptimo y recursos educativos. El pronóstico para las personas con enfermedad de Pelizaeus-Merzbacher enfermedad es muy variable, con los niños con la forma más severa (la llamada connatal) por lo general no sobrevivir a la adolescencia, pero la supervivencia en las décadas sexta o séptima aún es posible, especialmente con el cuidado atento. El asesoramiento genético debe ser proporcionada a la familia de un niño con el PMD.

En diciembre de 2008, StemCells Inc., una empresa de biotecnología en Palo Alto, recibió la aprobación de los EE.UU. Food and Drug Administration (FDA) para llevar a cabo la Fase I de ensayos clínicos en los PMD para evaluar la seguridad del trasplante de células madre neurales humanas como un tratamiento potencial para PMD. El estudio se inició en noviembre de 2009 en la Universidad de California, San Francisco (UCSF) Hospital de Niños. Para más información sobre este estudio puede accesar  Aquí.

Para finalizar los dejo con un video de una señora llamada Marcy White, quien tiene una fundación llamada " Cure PMD" y comparte su testimonio como madre de un niño que padece de esta enfermedad.





Fuentes
http://www.rarediseases.org/

domingo, 18 de noviembre de 2012

Curiosidades Médicas - Sherlock Holmes

Retrato de Sherlock Holmes de Sidney Paget
En el Londres del siglo XIX se desarrollan las aventuras de un personaje que siempre formará parte de la historia literaria mundial. Este personaje ficticio creado en 1887 por Sir Arthur Conan Doyle, es un «detective asesor» en el Londres de finales del siglo XIX, que destaca por su inteligencia, su hábil uso de la observación y el razonamiento deductivo para resolver casos difíciles.

 Es protagonista de una serie de 4 novelas y 56 relatos de ficción, que componen el «canon holmesiano», publicados en su mayoría por The Strand Magazine.

Sherlock Holmes es el arquetipo de investigador cerebral por excelencia e influyó en gran medida en la ficción detectivesca posterior a su aparición. 

Pero ¿Quién se iba a imaginar que este personajes está íntimamente relacionado con la medicina?

En un artículo publicado por Fernando A. Navarro se mencionan seis médicos que influyeron de gran manera en la creación del detective inglés:


Estatua de Sherlock Holmes en el Picardy
Place en Edimburgo lugar de nacimiento de ConanDoyle
I  Arthur Conan Doyle - Oftalmólogo
El primero de ellos es, obviamente, su creador literario, Sir Arthur Conan Doyle  (1859-1930). Tras graduarse en medicina por la Universidad de Edimburgo (1881), Conan Doyle viajó como médico naval por los mares árticos y la costa africana occidental. Más tarde, ejerció como médico general en Portsmouth, estudió oftalmología en Viena, ejerció esta especialidad brevemente en Londres, y participó como médico militar en la campaña de Suráfrica.


Mientras ejercía aún la medicina, empezó a escribir novelas policíacas, y el éxito de su primer libro, A Study in Scarlet (1887), le indujo a abandonar por completo la actividad médica para entregarse a la literaria. 


II Joseph Bell - Cirujano

Pocos saben que la personalidad y el método deductivo de Sherlock Holmes estaban inspirados en una figura real: Joseph Bell (1837-1911), afamado cirujano en la Royal Infirmary de Edimburgo y profesor de Arthur Conan Doyle cuando estudió medicina en la Universidad de Edimburgo.

Último de una conocida familia escocesa de cirujanos que habían ido transmitiendo la profesión de padres a hijos durante más de 140 años -entre ellos, por cierto, Charles Bell, que describió la parálisis de Bell-, Joseph Bell no era catedrático, sino algo así como el equivalente a lo que hoy llamaríamos “profesor asociado”. Durante su época de estudiante, Doyle trabajó junto a él como ayudante, y su personalidad le marcó para siempre. No sólo por su reconocida habilidad como cirujano, sino también, y sobre todo, por su ojo clínico y su habilidad para diagnosticar la enfermedad, la ocupación y el carácter de los pacientes. Para ello utilizaba un método deductivo basado en la observación y la valoración inteligente de los más mínimos detalles. Doyle se limitó a transferir los métodos deductivos de su ex profesor del ámbito del diagnóstico médico al de los misterios policíacos, y así nació el más famoso detective de la historia: Sherlock Holmes.

No es de extrañar, pues, que cuando en 1892 Conan Doyle publicó The adventures of Sherlock Holmes, una recopilación de 12 relatos cortos previamente aparecidos en la Strand Magazine, en la dedicatoria se leyera: “To my old teacher, Joseph Bell, MD”.



III Oliver Wendell Holmes - Internista

Conan Doyle se inspiró en un médico de carne y hueso para darle nombre a su personaje, pues le obsequió el apellido del gran internista y humanista estadounidense Oliver Wendell Holmes (1809-1894), uno de los escritores que Doyle más admiraba.

Licenciado en medicina por la Universidad de Harvard, Oliver Wendell Holmes estudió también en París. A continuación, ejerció la profesión durante diez años, hasta que en 1847 obtuvo la cátedra de anatomía y fisiología en la Facultad de Medicina de la prestigiosa Universidad de Harvard, de la que llegaría a ser decano.

Aunque realizó importantes contribuciones científicas a la medicina –en 1843, por ejemplo, llamó la atención sobre la contagiosidad de la fiebre puerperal–, alcanzó más fama como poeta y ensayista.

IV John H. Watson - Médico Militar


Sherlock Holmes y el doctor John H. Watson
ilustración para el Strand Magazine (1893).
Del mismo modo que el enjuto, soñador, idealista y aventurero don Quijote resulta inconcebible sin el contraste con el gordinflón, sencillo, práctico y bonachón de Sancho Panza, la figura del brillante detective Sherlock Holmes adquiere su máximo esplendor por contraste con la del sobrio cronista de sus aventuras, el doctor Watson. Desde un principio, Arthur Conan Doyle entendió perfectamente que su protagonista no podía narrar al lector sus propios éxitos, por lo que desde su primera aventura se encargó de ello nuestro colega John H. Watson.

Licenciado en medicina por la Universidad de Edimburgo y doctor en medicina por la Universidad de Londres, John H. Watson ejerció en calidad de oficial médico con las tropas británicas destacadas en Afganistán, donde recibió una herida que acabó bruscamente con su carrera castrense. Regresó entonces como inválido de guerra a Londres, donde conoció a Holmes en el laboratorio de anatomía patológica del hospital londinense de San Bartolomé, hacia 1881. A partir de entonces su devenir biográfico es ya bien conocido por cualquier aficionado a las aventuras del gran Sherlock: el doctor Watson compartió residencia con Holmes y se convirtió en compañero inseparable, ayudante y narrador de sus éxitos detectivescos.

V Sir Malcom Morris - Dermatólogo 


Malcolm Morris (1847-1924) ejerció una influencia decisiva en dos momentos cruciales de la vida de Arthur Conan Doyle.

El primero de ellos fue en 1890, cuando Robert Koch anunció en Berlín el descubrimiento de un prometedor tratamiento para la tuberculosis, la tuberculina. Doyle, entonces médico rural en Southsea, decidió viajar hasta Berlín para conocer el descubrimiento de primera mano. En el largo viaje en tren a través del continente, coincidió con su compatriota Malcolm Morris.

Según podemos leer en la autobiografía del propio Arthur Conan Doyle (Memories and adventures, 1924), Morris lo convenció de que estaba perdiendo el tiempo como médico general en provincias, y que debería ir a Viena para especializarse en oftalmología y mudarse a Londres, donde, como especialista, podría llevar una vida desahogada y con tiempo libre suficiente para dedicarlo a sus afanes literarios. Tras esa conversación, Doyle regresó a Southsea convertido en otra persona. Y siguió al pie de la letra los consejos de Morris: estudió oftalmología en Viena y abrió consultorio en Londres como oculista, para cerrarlo poco después cuando sus éxitos literarios le permitieron vivir holgadamente de la escritura.

Menos conocido es el segundo consejo trascendental de Malcolm Morris, que aparece narrado en la autobiografía de su hijo Harold Spencer Morris (Back view, 1960). Según cuenta este, en cierta ocasión Arthur Conan Doyle preguntó a su padre si se le ocurría qué barrio de Londres podría ser adecuado para fijar la residencia de su criatura literaria, el detective Sherlock Holmes. Y el dermatólogo Morris le dijo que podría ser buena idea alojar a Holmes y al doctor Watson en el número 21 de la calle Baker, que había sido la residencia londinense de su abuelo John Morris.

Como todo buen aficionado holmesiano sabe, el domicilio de Sherlock Holmes en Londres quedó finalmente fijado para la posteridad en el número 221B de la calle Baker; posiblemente, porque en aquella época el nº 21 estaba habitado y Doyle decidió inventarse un inexistente número 221B.

VI Gregory House - Internista televisivo

Sherlock Holmes, una de las figuras literarias más populares de la narrativa europea del primer cuarto del siglo XX, es, con toda seguridad, el detective más famoso de la historia. No es de extrañar, pues, que en las obras policíacas posteriores encontremos infinidad de figuras inspiradas en él. Descendientes directos de Holmes en muchos aspectos son, por ejemplo, el padre Brown, Hércules Poirot, el anónimo agente de la Continental, Philip Marlowe o el teniente Colombo. Pero de entre todas las figuras neoholmesianas contemporáneas, la de fama más internacional en estos albores del tercer milenio es el genio médico, amargado, cínico, sociópata y cascarrabias de Gregory House.

El doctor House, capaz de razonar en una longitud de onda que no logra sintonizar el resto de los simples mortales, aplica al diagnóstico clínico el mismo método deductivo de Sherlock Holmes —que, no lo olvidemos, estaba a su vez inspirado en el método diagnóstico del doctor Joseph Bell—. Londres muta en un moderno hospital de Princeton, y los malvados criminales pasan a ser microbios patógenos y un ramillete de enfermedades raras —rarísimas, más bien—. Pero, al igual que para Holmes, gran parte del placer que experimenta Gregory House obedece no al diagnóstico en sí, sino al modo en que maltrata al paciente mientras humilla intelectualmente a un grupo de seudowatsonianos colegas.

Y las semejanzas no terminan ahí; para cualquier buen conocedor de la obra de Conan Doyle resultan evidentes los incontables guiños sherlockianos que los guionistas de House incorporan por doquier. La afición a la cocaína de Sherlock Holmes se convierte para House en adicción a Vicodin (asociación en dosis fijas de hidrocodona y paracetamol); el violín se transforma en guitarra eléctrica; Gregory House vive en un apartamento 221B (Holmes, en el número 221B de la calle Baker) y tiene un único amigo, el doctor James Wilson (esto es, J. W. por sus iniciales, exactamente igual que el único amigo de Holmes, el doctor John Watson).


Fuentes:
http://medicablogs.diariomedico.com/laboratorio/tag/sherlock-holmes/
http://es.wikipedia.org/wiki/Sherlock_Holmes